Para presentar el Presupuesto mañana por la noche en el Congreso de la Nación dicen que el Presidente se guarda un as en la manga, un anuncio fiscal de peso que podría ser una zanahoria para los mercados. También aseguran que habrá un gran faltazo opositor, pero esas son dos especulaciones a develar. Lo cierto es que, a horas de su disertación allí, hay una duda más de fondo, la que seguramente anida en Javier Milei: mostrarse como el malo que se come a los chicos crudos con gritos y diatribas o representar el papel de alguien capaz de explicar con cierta docencia los fundamentos de sus ideas para contemporizar y pedir colaboración a propios y a extraños.
Para poner arriba de la mesa de arena esas dos caras casi de estilo teatral que tiene el primer mandatario, faceta de los políticos que a algunos le podrían resultar meras formalidades que no hacen al fondo de asunto, pero que tienen su importancia a la hora de convencer, es bueno comenzar por detallar algunas cuestiones de la semana, ya que el Presidente seguramente la pasó bastante mal. A Milei, estos días le deben haber resultado más que complicados para sus estándares ideológicos, pero sobre todo de eficiencia, ya que debió salir del confort que normalmente le proporcionan sus elucubraciones económico-matemáticas para meterse de lleno en el barro de la política.
Lo notable es que si no lo hubiese hecho, los resultados podrían haber sido notoriamente peores pese a que, en definitiva, su intervención no resultó ciento por ciento efectiva. La principal fuente de contrastes que registró el Presidente estuvo efectivamente radicada en el Congreso, justo donde él se verá cara a cara con muchos de quienes lo hicieron parir durante toda la semana, ya que primero los diputados y luego el Senado lo obligaron a aceptar algunas prácticas propias de la casta, por ejemplo la rosca política.
Hasta ahora, Milei había sido un duro al respecto y se sabe que su costado más que disruptivo es un activo que él desea cuidar, aunque en política a veces la necesidad tiene cara de hereje. Hace bastante poco varió algo el discurso anti-casta y se le oyó decir que estaba dispuesto a perdonar a los conversos. Los manuales dicen que el giro que adoptó lo dejó expuesto a convertirse él mismo en el mariscal de eventuales derrotas futuras, ya que saltados todos los fusibles, las responsabilidades de todos los cortocircuitos habidos y por haber, ahora están en él. Tomó un riesgo o los malos consejos se lo hicieron tomar y ahora, deberá hacerse cargo.
En el acercamiento que tuvo martes y miércoles con legisladores de las dos cámaras, a quienes recibió en la Casa Rosada para bendecir supuestos apoyos, el Milei que despotrica de continuo contra los ventajeros de la política, quienes siempre tienen como meta los recursos públicos con vueltos o sin ellos, tuvo que dejar de lado esa faceta combativa para transformarse humildemente en el Milei necesitado de votos. Y así, con fotos de por medio, el Presidente cruzó los dedos y trató de surfear la ola, aunque los resultados que obtuvo en estos días lo dejaron bastante magullado por los varios y duros revolcones que sufrió.
Por eso, la gran incógnita de su presencia el domingo por la noche en el Congreso pasa por saber qué Milei se verá allí. Si quien dio su primer discurso de espalda a los legisladores, el que gusta porque insulta a los actores de la política de arriba a abajo todos los días o bien el de la humildad negociadora, casi una travesura en su imagen de duro. ¿O se verá al Milei de los vetos y los Decretos de Necesidad y Urgencia, dos armas institucionales que en manos del libertario siempre son más que un desafío al Poder Legislativo?
La imagen presidencial tiene dos patas bastante sólidas y las dos le han dado mucho rédito hasta ahora. La lucha contra la inflación que horada el bolsillo es una de ellas, aunque cada vez pesa menos porque la gente ahora también pide reactivación, más empleo y mejores salarios. Justamente, este tema le dio otro de los disgustos de la semana, con la medición del INDEC que mostró qué difícil le resulta al gobierno nacional horadar el piso de 4% de aumento promedio de los precios.
Nadie se tira tierra encima en política y, por eso, el Gobierno afirma que se podrá lograr en setiembre cuando el tobogán retome la pendiente hacia la convergencia que se busca con la devaluación del peso de 2% cada 30 días.
El optimismo está, se confía en que la baja del Impuesto-País haga cierto trabajo, pese a que algunos piensan que el impulso del crédito puede jugar en contra de los precios a la hora de empujar la demanda.
Como segundo activo, Milei tiene en la dureza que exhibe un caballito de batalla importante, a la hora de sustentar su imagen. Ese factor pesa mucho ante la opinión pública, especialmente cuando va contra quienes simbolizan el pasado, a quienes generalmente encasilla como “zurdos de m...” porque es evidente que a su derecha “está la pared”. La frase, tan auto-referencial como suena, fue dicha -aunque en relación a la izquierda- por Cristina Kirchner, quien en estos días se ha trenzado con él por varios temas como la marcha del Gobierno, los jubilados o la inflación: “¿No era que como dice Milton Friedman es un fenómeno exclusivamente monetario?”, lo apestilló. Y para seguir con los parecidos, Milei utiliza también como ella diatribas de la peor calaña contra el periodismo que lo critica.
Más allá de los insultos hacia muchos periodistas, el Gobierno cayó en la misma cuestión que desvela a los regímenes autoritarios para cerrar el grifo de la investigación periodística que tanto le molesta al poder, cuando limitó la posibilidad de pedir datos de Información Pública. En ese sentido, el Congreso fue también caja de resonancia en la Comisión de Libertad de Expresión de Diputados, donde hubo muchas discusiones y pocos resultados. La promesa de revisión que hizo el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos quedó en la nada, probablemente por la intervención de Santiago Caputo y es más que probable que el Decreto termine en la Justicia, tal como casi todo lo que se aprobó o se desaprobó en la semana.
El miércoles, en Diputados se trató un tema más que sensible: la cuestión previsional que tiene enorme significación pública por lo que hace al ingreso de los jubilados, ya que la fórmula que impuso el Gobierno no recoge a pleno la inflación de enero. Pero, además, la Ley que vetó el Ejecutivo y que los Diputados pretendían resucitar a partir de la insistencia que prevé el artículo 83 de la Constitución, tenía otros graves componentes que, a juicio de Ejecutivo, desacomodaban muy fuerte la caja.
La compulsa, que necesitaba el aval de los dos tercios de los presentes en la Cámara, fue ganada por el oficialismo, ya que al momento de votar, había 248 diputados presentes en el recinto y el resultado fue de 153 manos alzadas a favor de insistir con la norma, frente a 87 votos negativos y 8 abstenciones. Como los opositores necesitaban reunir 166 voluntades para alcanzar los dos tercios, le faltaron 13 votos y el rechazo se cayó: gol de Milei. Para el Presidente, eso sucedió gracias a los “héroes” del PRO, de tres diputados tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo, quienes se abstuvieron en la primera oportunidad, ocho nuevas abstenciones esta vez y nada menos que los cinco radicales, los mismos que habían estado con él en la Rosada.
Un día después, el Presidente buscó repetir la experiencia al reunirse con algunos senadores, pero no le fue tan bien, ya que el Ejecutivo recibió el jueves dos duros golpes pese a su intervención (1-2) y el más rudo fue que, por primera vez en la historia, un DNU fue rechazado por ambas cámaras.
El delicado tema fueron los fondos extra para la nueva SIDE que impulsó el asesor Caputo. Se ofreció dar explicaciones en una Sesión Secreta, pero no hubo mayor éxito y el Decreto se cayó en el recinto 49 a 11, con votos del kirchnerismo, la UCR, tres del PRO y dos abstenciones.
Otro golpe fiscal le había llegado un rato antes al Gobierno a partir de la sanción de unas Ley que implica no sólo recomponer el presupuesto de las universidades nacionales sino atarlo a una fórmula de actualización, lo mismo que los salarios docentes: 57 votos a favor, frente a tan sólo 10 en contra y una abstención. Como premio consuelo, al Gobierno le quedó haber sancionada la eliminación de las listas-sábana en las elecciones y la imposición de la Boleta Única de Papel, con 39 votos afirmativos de LLA, el PRO, la UCR y los partidos provinciales, contra 30 negativos de Unión por la Patria. Veto seguro y nuevas discusiones en breve.
Mucho estrés el vivido por un Presidente a quien le gusta más la macro que la microeconomía y que eligió anticipar en persona la “Ley de leyes” en el Congreso, casi como un hijo de su autoría que llegará, como casi nunca antes, con déficit cero. Y él ha decidido meterse en la boca de tremendo lobo para expresarles en la cara a diputados y senadores que ese requisito central no se negocia. UxP Patria seguramente no estará presente, ya que no comparte el diagnóstico, tal como le dijo Cristina provocativamente: “Mire Presidente, lárguelo a Friedman, largue la escuela austríaca, cace el manual argentino y por favor, siéntese a administrar el país".
Con esa mojada de oreja extra a cuestas, la cuestión ahora pasa por saber si las formas de Milei van a tener o no esta vez correlación con el show televisivo de horario central de un domingo por la noche o con la seriedad de fondo de aquello que se va a presentar.